Las ciudades están aglomeradas en unas ciudades-Estado que son autónomas e independientes y que están gobernadas por un monarca que dirige el ejército, administra la justicia y dirige los ritos religiosos junto a los sacerdotes. Es el dueño y señor de todo el territorio.
Hay dos tipos de nobleza: la nobleza cortesana y la nobleza empleada, o bien en el ejército o en la administración. También hay escribas, aunque no están representados como en Egipto, pero que también están muy bien considerados y están ligados al templo. La clase urbana está formada por mercaderes y artesanos. Por debajo se sitúan los campesinos y por último los esclavos. Esta sociedad está bien organizada desde un principio. Prueba de ello es la legislación que hay desde muy pronto, como la de Ur-Namu, que es la más antigua, de la época neosumeria, o el código de Hammurabi, ya de época babilónica.
Este desarrollo de los pueblos se ha podido estudiar gracias a su conocimiento de la escritura. Se conoce desde finales del IV milenio, con los sumerios. Se trata de una escritura cuneiforme, llamada así por el aspecto de los trazos, que es en forma de cuña. La escritura ha aparecido en tabletas de arcilla blanda y era realizada con un buril o cálamo, con los que se van haciendo los trazos, tras lo que se cuecen las tabletas, para que se endurezcan. Las primeras tabletas eran funcionales, escritas en ladrillos en los cimientos de los templos, y luego ya apareció en relieves, en materiales duros, etc.
La escritura cuneiforme se conoce desde 1802 gracias a Groterfend que descifró la estela persa de Behistun, que estaba escrita en tres lengua: persa, acadio y elamita. Se sabe de la existencia de bibliotecas, pero han desaparecido. La más importante fue la de Nínive.
El pueblo mesopotámico estuvo muy desarrollado y fue poseedor de gran cultura. Fueron los grandes conocedores de la astrología: conocían planetas, movimientos, constelaciones, inventaron el horóscopo, etc.
También tenían grandes conocimientos de medicina y cirugía, de lo que quedan notas, por ejemplo, en el código de Hammurabi.
Sobresalieron en el cálculo matemático y en las operaciones mercantiles. También tenían grandes textos relacionados con el mundo de la literatura: hay restos de poemas épicos, oraciones, textos didácticos, etc., pero siempre con una finalidad práctica, que era la continua exaltación del poder, un continuo carácter político y religioso. Las artes plásticas también tenían esta finalidad, no existe la motivación estética, por ello no se conocen nombres de artistas, ya que sólo sirven para exaltar al poder con un propagandístico.
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